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Cultivar patatas en la terraza


Llegó a España como curiosidad botánica desde América del Sur y tardó en convertirse en ese alimento principal, rico en fécula, vitaminas y minerales, hoy presente en todas las mesas. Para cultivarla en casa solo necesitas un rincón soleado. En algunas regiones ya se pueden plantar en febrero, aunque marzo es el mes ideal, con el día de San José como punto de partida.

Si te has animado a cultivar tomates (Solanum lycopersicum), ¿por qué no intentarlo ahora con su pariente la patata (Solanum tuberosum subespecie tuberosum)? Una sola patata plantada en un tiesto profundo puede proporcionarte una buena cantidad: solo tendrás que esperar unas cuantas semanas para probarlas en ensalada, fritas o como más te guste. Y es que el segundo gran placer que proporciona un huerto urbano es alimentarse de la propia cosecha.

La humilde patata es capaz de crecer en cualquier tipo de suelo, incluso en hidroponía. ¿Por qué no en un rincón de la terraza? Una maceta grande y alta, incluso una bolsa de sustrato, es suficiente. Preferirá, eso sí, una tierra fértil y mullida, bien aireada y sin terrones, que no oponga resistencia a sus finas raíces adventicias. Deberás cuidar el riego y proteger las plantas de las heladas, a las que son muy sensibles.

Puedes usar cualquier patata que presente brotes de 4 a 5 centímetros: podría valer alguna de las que has comprado en el supermercado, pero lo mejor es utilizar patatas de siembra, cuya ventaja es que están prebrotadas y preparadas para el cultivo: vegetan enseguida, son más resistentes a las enfermedades y maduran antes.

El cultivo de la patata, paso a paso

• El recipiente: Escoge un tiesto (mejor si es de barro) de al menos 30 centímetros de alto por 30 de diámetro, o utiliza una bolsa de sustrato universal o de cultivo dejándola de 50 centímetros de alto. Asegúrate de que el agua sobrante del riego cuente con un orificio de salida, ya que las patatas son muy sensibles a la podredumbre. En el fondo del tiesto coloca una capa de guijarros.

• La plantación (dibujo 1): Llena el recipiente hasta la mitad (20-25 centímetros) con un sustrato rico y suelto y entierra una o dos patatas con los brotes (deben tener entre 4 y 5 centímetros) hacia arriba, en agujeros de unos 8 centímetros de profundidad. Si vas a plantar directamente en el suelo del huerto, revuelve la tierra hasta unos 25 centímetros de profundidad, practica un abonado de fondo y forma surcos con 75 centímetros de separación; coloca las patatas a unos 30 centímetros unas de otras.

• Cubre las patatas con unos 10 centímetros de sustrato.

• El emplazamiento: Coloca la maceta o la bolsa en un rincón de la terraza fresco y abierto, donde reciba luz, factor clave para que la planta vegete bien y puedan surgir los tubérculos. Es importante que esté al resguardo de las heladas tardías, a las que la especie es muy sensible. Las temperaturas ideales para el cultivo de la patata oscilan entre los 13 y los 20 grados. El exceso de calor favorece la aparición de plagas y enfermedades.

• La brotada (dibujo 2): Las primeras hojas se dejarán ver pronto. Si se prevén heladas, tápalas con paja o una campana transparente, o lleva la maceta a cubierto; si se trata de un huerto, cubre las hileras con túneles de plástico. Si se helara la parte aérea la cosecha resultaría más escasa.

• A medida que crecen las plantas ve rellenando el recipiente con más sustrato hasta alcanzar los cinco centímetros del borde; debes hacer lo mismo si las cultivas en el huerto; esto impedirá que llegue luz a los tubérculos y desarrollen clorofila (ya sabes que las patatas no son raíces sino tallos modificados) y, a la vez, que se quiebren los tallos, que pueden alcanzar entre 0,50 y 1 metro.

• El riego (dibujo 3): Al principio no riegues, siempre que el sustrato tenga humedad. Cuando ya asomen los brotes empieza a suministrarle agua de forma moderada. El sustrato debe estar húmedo, no empapado. Es es muy negativo el exceso de humedad mientras está brotando el tubérculo y desde la floración a la maduración de las nuevas patatas. Además, las patatas resultarían más acuosas, desabridas y poco ricas en almidón.

• La cosecha (dibujo 4): Cuando se haya cumplido el tiempo preciso según la variedad de patata, vacía la maceta o la bolsa y recoge los tubérculos. A modo de referencia: las patatas extratempranas y tempranas han de tener el tamaño de un huevo al retirarlas del suelo, momento que coincide con la aparición de las flores; las más tardías deben extraerse cuando el follaje comienza a marchitarse.

Fuente: verdeesvida.es

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